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GANA CARLOS SALGADO EL CONCURSO
DE LOS BEATLES DE SANTA CLARA
Sagua La Grande-4 de Diciembre de 2006
El actual presidente del 70’s Club de Sagua La Grande Don Carlos Salgado Remior es un legítimo seguidor de Los
Beatles desde la época de la persecución en Cuba. Nadie como este “Quinto Beatle”
ha adorado tanto a esos famosos chicos de Liverpoll; solo los mas viejos conocen
de la tradición Salgado, pero los más jóvenes, que acaban de descubrir la beatlemanía no sospechan que escondido por la Villa
del Undoso existe una verdadera enciclopedia humana llamada Salgado que no necesita de concursos y peñas musicales para demostrar
su talento; pero meses atrás, apareció en Villa Clara el anuncio de un concurso sobre Los Beatles donde el primer lugar sería
premiado con $ 500 entre otras cosas. Algunos amigos y conocidos comenzaron a “cuquear” a Salgado para que sacara
la cara por los sagüeros y sobre todo los amigos del 70’s Club lo empujaron para que demostrara el nivel de este club
independiente de la antigua provincia de Las Villas que escondidos en las sombras desde los lejanos años setentas reune a
lo mejor de la crema y nata archivista-musical de la Villa del Undoso. Salgado por fin cedió y se lanzó a participar en el
concurso estimulado por el reto intelectual y no por su gancho monetario; su extenso informe impresionó mucho al jurado que
sin tanto analisis comprendió que la fuente de información estaba muy actualizada y Carlitos acaba de ser el ganador de dicho
concurso, demostrando una vez mas que “el quinto beatle" está en Sagua La Grande, como le han dicho en broma sus amigos
desde los años sesentas.
Salgado, junto a sus amigos Jorge,Charles y Tintín forman un club de fans a Los Beatles desde la lejana fecha de 1970
cuando oir esos discos constituía una actividad algo heróica en medio de la persecución que el gobierno cubano ejercía sobre
los amantes de Los Beatles. A uno de ellos, Jorge (el cojo) Peraza, la polícia local le rompió un valioso disco 45 de su incomparable
colección, a Tintín la PNR lo pelaba a cada rato por querer lucir su melena beatle, Charles cumplió larga prisión por intento
de escapar a la libertad y Salgado ha sido el cancerbero de esa legítima hermandad que ahora se reune en el llamado “70’s
Club de Sagua La Grande” donde “ser un chico 70” es un verdadero
mérito y orgullo al que todo el mundo no puede acceder.
Don Carlos no necesita pertenecer a ninguna nueva escuela o peña musical asociada al gobierno porque la real institución
es él; la legitimidad de los latigazos lo hace su decano. La moral la lleva en su cansada y maltratada espalda. Algún día
muchos se quitarán el sombrero ante este ilustre personaje del Undoso y le pedirán perdón por haberlo ignorado por tantas
décadas; porque triste final es que te imiten tus carceleros después de enterrarte en vida.
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LLEGA A MIAMI EMILITO GONZALEZ QUIEN FUERA EL PRESIDENTE DEL 70'S CLUB DE SAGUA LA GRANDE
En días pasados llegó a los Estados Unidos de América
el señor Emilio González quien fuera el primer presidente del 70's Club de Sagua La Grande, considerada la primera agrupación
independiente de Cuba dedicada al recuerdo, archivo y estudio de la música norteamericana de las décadas pasadas. Emilito,
con su esposa Blanquita e hija Jennifer, participó de una gran fiesta-reunión de recibimiento celebrada en casa de Leonel
y Liset Mollineda donde participaron todos los miembros patrocinadores del ya legendario club de los setentas de Sagua La
Grande.
Su intención es comenzar una nueva vida en los Estados
Unidos pero sin abandonar a sus inolvidables amigos del Club que quedan atrás en nuestra lejana pero adorada Villa del Undoso.
En la presidencia queda el señor Carlos Salgado Remior otro de sus fundadores.
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DESCARGA DOMINICAL
Descarga musical en las tardes del domingo, "escuchando viejos discos que no dejan de sonar"...
Todas las tardes de los domingos se reunen los amigos del 70's club y del MPR Club en Miami para rememorar las viejas
melodías del "Pasado Reciente" que nunca se olvidarán. En la foto vemos a Tintín, Polaco y Puchingo tocando a tres
guitarras y voces la canción: "Un sorbito de Champán" de los inolvidables "Brincos" de España.
Ellos invitan a todos los miembros del Club que quieran disfrutar de estas descargas dominicales.
sagua70sclub@yahoo.com
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OSCARITO Y JACO PASTORIUS
Nuestro miembro del 70's Club Oscar Gómez (radicado en Asturias,España),
recientemente visitó la tumba en Fort Lauderdale, Florida del desaparecido bajista Jaco Pastorius y aquí lo registramos en
nuestro club porque tanto Oscarito como el viejo Jaco han sido y son grandes amantes y adoradores de la buena música. Esperamos
que Oscarito haya aprovechado esa visita a la tumba de Pastorius para transferir a su favor la enorme energía que debe
despedir ese lecho de descanso.
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LA VENGANZA DE AIR SUPPLY
Nos perseguían por oir a Air Supply, nos pelaban a rape, nos rompían los discos...pero nosotros insistíamos, soñábamos
con el día que pudiéramos hacer todo esto completamente libres. En cierta ocasión alguien de nuestros amigos desplegó
una bandera británica y todos gritamos de emoción, pero miramos hacia los lados por temor a que llegara la policía de Sagua
y nos sorprendiera con una bandera capitalista, también temíamos que hubiera algún chivato infiltrado en nuestra descarguita.
El amor a la música norteamericana e inglesa siempre ha sido muy grande para nosotros. Casi todos estábamos "señalados"
como "antisociales" por el simple hecho de adorar a Air Supply, Santana o The Beatles. Erámos una especie de "hippies diestros".
En el parque y las esquinas nos amontonábamos con un radio VF o Selena para estar al tanto de las escalas de Estados Unidos.
"Bája el volumen que viene alguien"-era una constante en estas tertulias, temíamos que el transeunte que se acercaba nos delatara
con la policía cuando escuchara un idioma que no era cubano, no importaba que fuera Frances o Italiano, ellos solo sabían
que lo que no fuera español, era subversivo.
Teníamos el pelo largo solo por imitar a Air Supply entre otros, pero la temible Seguridad del Estado tenía contratado
a un barbero al que bautizamos como "Ichi" que se encargaba de quitarnos la linda melena que tanto trabajo nos había costado
cosechar. Nos recogía la policía por las calles de Sagua como si fuéramos perros desamparados y nos llevaban al Sector donde
nos esperaba el despreciable barbero. Luego nos levantaban un acta y salíamos cabisbajos a la calle porque lucíamos muy feos
sin nuestro "pelo air supply" y las chicas nos despreciaban por "no estar en onda", "Every Woman In The City". Había
que esperar varios meses para volver a parecernos a John Lennon. A nuestro amigo Jorge Peraza la policia le rompió uno de
sus mejores discos de Los Beatles y no teníamos consuelo por aquella pérdida irreparable. Nos decían que el futuro era de
"La Nueva Trova Cubana" y no de esos asquerosos hippies norteamericanos; que iba a llegar el día en que "el hombre nuevo"
ya no le prestaría atención a esa basura capitalista... Pero parece que Dios los castigó, anoche (7 de Julio-2005)
asistieron "CIEN MIL" jóvenes cubanos al concierto que Air Supply ofreció en La Habana. La emoción general estaba desbordada
y todos coreaban aquellas canciones de décadas atrás como si las huvieran acabado de aprender. Graham Russell y Russell Hitchcock
estaban asombrados del gigastesco coro de fanáticos siguiendo a "Every Woman in The World" o a "Here I'm".
La mayoría de los jóvenes lucían largas melenas ganadas por los años de insistencia de los más viejos y no por regalo
de nadie y el buen inglés superaba al ruso en el orden de 100 a 0,1; pero el tope vino cuando Hictchcock desplegó un
bandera británica y toda la multitud estalló en vítores, saltos y aplausos. ¡ Curioso recuerdo nos vino a la mente cuando
asociamos esto con aquella "descarguita" nuestra !. La muchedumbre gritaba: "Air Supply we love you".; y nosotros pensábamos
en la cara de Ichi si hubiera visto a todos aquellos peludos y en la cara de los chivatos si huevieran oido a aquellos rokeros
cantando en idioma extranjero. Estábamos contentos por "La Venganza de Air Supply", aunque quizás ni ellos mismos sepan todos
aquellas torturas que nosotros tuvimos que sufrir por adorarlos.
Y lo ve "Prensa Latina" como un triunfo de Cuba por haber auspiciado este evento, pero sepan ustedes señores
que el triunfo es nuestro, de "los antisociales del 70", y lo disfrutamos con enorme orgullo y satisfacción de
"la misión cumplida" y no con la mueca de aceptación que notamos en sus amargas caras con gastadas manías de "convertir reveses
en victorias". Escriban todo lo que quieran por el día, pero SUFRAN por la noche...
Para nosotros: "Sweet Dreams"...
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Imagine
Por: Luis Manuel García Ni con la más desbocada Imagine habrá
imaginado John Lennon que descansaría de sus andares sobre la tierra en un parque de 15 y 6, en el Vedado, en La Habana. Menos
aún que el comandante en jefe Fidel Castro develaría la estatua --de mala gana, se le adivina el gesto en los noticiarios,
como quien despacha rápido su purgante--, y que el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de
Quesada, pronunciaría el discurso inaugural, prólogo al concierto masivo donde miles de cubanos, sí, en La Habana, corearían
Imagine. Imagine todo eso alguien que tenga hoy la edad de John Lennon aquel día fatal, alguien que haya caminado este mismo
parque durante los 60 o los 70, alguien que se hubiera sentado quizás en este mismo banco, a descansar sus huesos, no mansamente,
como ahora Lennon en su bronce, sino a la expectativa, no fuera a aparecer la policía y lo arrastrara por los pelos hasta
la estación más cercana en un coche jaula, donde sería escarnecido y rapado --todas las inquisiciones insisten en la perversidad
de la pelambre-- y, con suerte, echado a la calle con pinta de loco tras la última sesión de electroshocks.
Imagine que don Ricardo Alarcón nos acaba de develar en su discurso un Lennon cuyas ``canciones conforman el
más completo inventario de la porfía colectiva de los jóvenes por la paz, la revolución, el poder popular, la emancipación
de la clase obrera y de la mujer, los derechos de los indígenas y la igualdad racial''. (Y eso lo dice el presidente del Poder
Popular, que algo sabrá del asunto.) De modo que este Lennon en el imaginario de Alarcón era revolucionario, miembro del poder
popular y partidario de la emancipación de la clase obrera. ¿Quienes éramos entonces nosotros, jóvenes que trasegábamos sus
canciones en placas rudimentarias y grabaciones caseras, o le escuchábamos de madrugada en la WQAM? Siempre con nocturnidad
y ensañamiento. ¿Quiénes éramos los seguidores de su estética y de su poética, o los que susurramos alguna vez un Peace &
Love herético?
Pero, sobre todo, ¿quiénes eran los que prohibieron sus canciones, los que tapiaron su imagen, los que derrocharon miles
de palabras para convencernos de la perversidad ideológica de este Lennon que, según palabras de Ricardo Alarcón, ``expresa
abiertamente su identificación con el ideal socialista''? Eran entonces enemigos del ``ideal socialista'' los que persiguieron
nuestra juventud, los que sumieron en las catacumbas nuestro fervor por este Lennon, artífice de una época en que se produjo
la caída de ``dogmas y fetiches, se quebraron los moldes del fariseísmo y la banalidad, se replegó la torpe mediocridad de
una sociedad injusta y embustera'' (Alarcón dixit)? ¿Eran entonces aquellos funcionarios y policías de mi juventud fariseos
y banales, torpes mediocres fabricantes de una sociedad injusta y embustera?
Pero, un momento. ¿No eran ellos los defensores de la pureza ideológica de la revolución? ¿No eran ellos el baluarte contra
tipejos como Lennon, que ahora resulta un revolucionario, socialista incluso, y campeón de la clase obrera? ¿Y quiénes éramos
entonces nosotros? ¿Resulta que cuando mutilaban nuestro espíritu revolucionario en nombre de la revolución no hacían sino
defender su derecho de propiedad sobre una sociedad injusta y embustera que nos vendían como nuestra?
Y habla Alarcón de un ``Lennon como paradigma del intelectual enteramente libre y creador, cabalmente comprometido con
su tiempo''. De modo que nuestros represores pretendían que fuésemos todo lo contrario: sumisas cajas de resonancia de espaldas
a nuestro tiempo. Y Alarcón llega a ponerse picúo cuando le dice ``Querido John: allí, en Liverpool, entonaban baladas de
amor con verbo proletario y nosotros acá desafiábamos al monstruo''.
Ahora comprendo: el monstruo éramos nosotros, que entonábamos las mismas canciones, pero con verbo burgués. ¿En qué bando
estaría entonces don Ricardo Alarcón, el de los perseguidos o el de los perseguidores? ¿Escucharía a escondidas, entre reuniones
del partido, al Lennon que hoy tanto ama? ¿Levantaría alguna vez la voz contra las persecuciones y la caza de brujas? ¿Habrá
propuesto, sin que nosotros lo supiéramos, no ya levantarle una estatua, sino lo más elemental: que pudiéramos escuchar a
este cantor de ``verbo proletario'' en las emisoras radiales del proletariado, y no en las del ``monstruo imperialista'',
que según él nos cuenta, lo perseguía con saña (y lo publicaba con fervor)?
O quizás responda como Fidel Castro, cuando la prensa (extranjera, of course), ante el Lennon inmutable de la estatua,
le preguntó por aquellas persecuciones: ``No tengo la culpa'', dijo. ``Lamento mucho no haberlo conocido antes'' --le faltó
dar la mano a la estatua: ``Mucho gusto. No, el gusto es mío''--. ``En aquellos tiempos teníamos tanto trabajo''. Y más tarde
se consideró ante la prensa ``un soñador'' como Lennon y afirmó que el ex beatle tenía razón, quedaban unos cuantos soñadores
más. ``Yo soy un soñador que ha visto convertidos más de una vez mis sueños en realidades''.
A diferencia de Lennon, sus sueños cumplidos son las cumplidas pesadillas de
muchos. Tampoco tendría la culpa Alarcón, porque cita textualmente a Lennon: ``Los sesenta vieron una revolución entre la
juventud... Una revolución completa en el modo de pensar. La juventud lo asumió primero y la siguiente generación después.
Los Beatles fueron parte de la revolución. Estábamos todos en este barco en los sesenta. Nuestra generación --un barco que
iba a descubrir el nuevo mundo. Y los Beatles éramos los vigías de ese barco. Eramos parte de él''.
Pero a nosotros nos repitieron que el barco era el Granma, y que el vigía era otro. No. Tampoco don Rodrigo de Triana.
Otro. La amnesia de los políticos siempre me maravilla. Pero en este caso me escandaliza. Más que amnesia, parece demencia
senil, y de las más avanzadas. Confiemos que en los próximos días ninguno de los nuevos policías venidos de Oriente, y que
quizás no haya oído hablar de la ``inspiración comunista'' que, según Alarcón, animaba a John Lennon, le arrastre por los
pelos de bronce a la comisaría más cercana, le propine al titanio una paliza con una barra de acero y lo eche de nuevo a la
calle, rapado a soplete, con pinta de loco tras la última sesión de electroshocks en el manicomio político de la isla.
Periodista
y escritor cubano radicado en Sevilla, España. El Nuevo Herald
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